Regalar flores, es regalar emociones

Flor de Jara es el resultado de un sueño hecho realidad, el sueño de una niña.

Con tan solo 16 años, comencé mi camino en el mundo floral gracias a Margarita Riera, quien me dio la oportunidad de trabajar en Floristería Margarita, en San Antonio Abad, en la isla de Ibiza. Aquel primer empleo llenó mi vida de emociones: cada vez que alguien recogía su arreglo floral, sentía una profunda alegría, y años más tarde, me seguía emocionando ver las caras de felicidad de quienes recibían flores en nuestras entregas.

Más adelante, en 1997, la vida me llevó hasta Floristería Sterlizies, en Picanya (Valencia), donde tuve la suerte de trabajar junto a Josefa Bachaulí. Su arte, su saber hacer, y el mimo con el que elaboraba cada encargo me enseñaron muchísimo. Gracias a ella aprendí un sinfín de técnicas, estilos y formas. Ella, junto a mi sueño de infancia, sembró en mí el deseo de tener algún día mi propio espacio donde, como me gusta decir, pudiera “cocinar emociones”.

Ese sueño se hizo realidad en 2014, cuando nació Floristería Flor de Jara.

Me considero una florista autodidacta, complementada con formación no reglada. Mi lema es claro y sincero:
“Regalar flores es regalar emociones.”

Componer con flores y colores, formar parte de los momentos especiales de mis clientes, y ser parte de la solución a sus necesidades es lo que me inspira cada día. Me emociona, y me da vida, que confíen en mí para acompañar sus historias con lo mejor de mi saber y de mi corazón.